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Roberto Celaya Figueroa, Sc.D.

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Artículos

Que nadie os engañe

- Un mensaje para los santos de todos los tiempos-




Introducción


La información que escrituralmente se nos presenta en Mateo 24:1-51, Marcos  13:1-13, Lucas 21:5-36 y 17:26-36, que versa sobre la profecía que Jesús entrega a sus discípulos, poco antes de crucifixión, muerte y resurrección, siempre ha intrigado al estudioso de la Escritura no sólo en cuanto a la interpretación de lo que nuestro Señor presenta sino incluso en cuanto a la conciliación del mensaje entre sí mismo en cada una de sus partes así como el mismo como un todo.


Cristo menciona la destrucción total de todas las construcciones referidas al Templo, más sin embargo en la actualidad el Muro de los Lamentos en Jerusalén se yergue como un resto de algo que no debió haber quedado, ¿cómo puede entenderse esto? Por otra parte, dado que el resto de la profecía habla mayoritariamente del destino de la iglesia de Dios, ¿puede interpretarse esa destrucción del Templo, aparte de su significado real y material, en un sentido simbólico y espiritual?


Al inicio de la entrega de la profecía por parte de Jesús los discípulos hacen una pregunta claramente dividida en tres partes temporalmente hablando, una relacionada con el futuro inmediato, otra con el fin de los tiempos y otra que deviene en un intervalo entre esos dos puntos, ¿la información que Jesús da puede de igual forma referirse a esos tres lapsos de tiempo o toda se refiere al final de los tiempos?


Jesús inicia la profecía hablando de un falso cristianismo, guerras, hambre, pestes, lo cual tiene un paralelo evidente con los primeros cuatro sellos de Revelación 6, ¿esto es mera coincidencia o hay un significado en ello?


Luego se nos presentan ciertas condiciones en la tierra que padecería la iglesia de Dios referidas a rechazo, persecución y muerte, ¿nos pueden servir estas condiciones para identificar, entre las más de 33,000 iglesias, congregaciones y denominaciones cristiana existentes a la verdadera iglesia de Dios?


La abominación desoladora presenta lo mismo un nodo semántico de cuya interpretación depende gran parte del entendimiento de la profecía entregada. Si la misma se refiriese a alguien que en el futuro se ostente como Dios, suprima sacrificios en Jerusalén (lo cual implicaría que los mismos se han reanudado) y exija adoración, siendo honestos tendremos que concluir que cuando eso pase la mayoría del mundo, incuso del mundo no cristiano, creyente o profesante,  lo identificará como el engañador que habría de venir, pero la profecía nos dice claramente que casi todos serán engañados, ¿puede entenderse la figura de la abominación desoladora de otra forma que permita esto?


De igual forma, un concepto muy llevado y traído en el cristianismo es el de la gran tribulación, si como algunos creen esto se refiere a un período de tiempo futuro previo al advenimiento de Cristo uno no esperaría encontrar las mismas situaciones a las que hace referencia en todos los siglos de existencia de la iglesia de Dios, pero la realidad es que dichas situaciones ahí están, en ese sentido, ¿la gran tribulación se refiere a gran por duración o a gran por intensidad o bien a ambas?  Por otra parte, si Cristo mismo dijo que Su iglesia siempre padecería rechazo, persecución y muerte, pero actualmente vemos un clima de relativa calma, libertad y respecto en esto, ¿existe en este tiempo de relativa calma para la iglesia de Dios tribulación o no existe?


Y respecto a la venida del Hijo del Hombre, según la profecía entregada, ¿cómo será esta?, es decir, ¿cómo pueden ordenarse los eventos de Su venida, la resurrección de Sus santos, la caída de las plagas postreras de la ira de Dios?


La figura de la higuera que se incorpora en la profecía representa a Israel, ¿debe entenderse que su reverdecimiento implica necesariamente la fecha 14 de mayo de 1948 que es cuando se estableció el Estado de Israel como tal o hay holgura en este entendimiento?


En cuanto a los dichos de Jesús en la profecía respecto de que su venida se daría como en los días de Noé, si vemos las señales supuestamente aunada a esto -todos comían bebían y se casaban-, realmente no sirven de mucho como tales pues siempre se ha dado eso, ¿puede entenderse esa información de otra forma que realmente implique información clara y contundente sobre lo que está por venir?, de igual forma, dado que el grueso de la profecía entregada tiene que ver con la iglesia de Dios, ¿esto de los tiempos de Noé será una excepción o puede entenderse y verse como en la misma línea?. Adicionalmente y en ese mismo contexto se habla de los tiempos de Lot y cuando Sodoma y Gomorra fueron destruidas, de igual forma ¿puede entenderse como algo más concreto referido también a lo que está por venir cuyo epicentro será el regreso de Cristo y que de igual manera estará relacionado con el destino de Su iglesia?


Y tal vez la pregunta más importante, ante todo el panorama que entrega la profecía, ¿qué puede hacer la iglesia de Dios, los fieles que han sido llamados en este siglo a salvación?


El objetivo del presente libro es que con la ayuda del Santo Espíritu de nuestro Padre Dios pueda arrojarse luz sobre la información que la profecía nos entrega, ver si esta es congruente con el resto de la Escritura, ver si de igual forma es congruente con el cuerpo de las doctrinas e la iglesia de Dios, y ver si la misma puede presentarse de manera relevante, congruente y pertinente para el entendimiento de los santos y santas llamados a salvación en el presente siglo y para la edificación del Cuerpo de Cristo, conforme a la voluntad del Padre y para Su mayor gloria.

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