Prólogo
Cuando hace cuatro años salió se publicó la primera parte de esta serie "¿Tu Helado se Derritió?", referida a los cuatro pilares del liderazgo trascendental, aclaraba en el Prólogo de aquella obra la diferencia entre lo que uno logra o no logra en nuestro andar por la vida y lo que uno experimenta como cambio en la persona misma derivado de ese andar.
Señalaba que lo que llamamos "éxito" puede conceptuarse en dos vertientes: una se refiere propiamente a la consecución de las metas que uno se plantea, pero la otra tiene que ver con la mejora que como persona pudiéramos experimentar como parte del caminar hacia esa meta.
Decía, de igual forma, y lo reitero, que soy un convencido de que todos estamos llamamos a desempeñar un liderazgo completo, transformador y transformante, o como yo le llamo un liderazgo trascendental. Cuando hablo del liderazgo como algo completo me refiero al desarrollo pleno y total de nuestras habilidades, nuestras potencialidades, nuestras capacidades; cuando a ese liderazgo lo denomino transformador me refiero a él como algo que nos permite cambiar, desarrollarnos, avanzar; y cuando comento que ese liderazgo es algo transformante me refiero al impacto que en nuestra comunidad, nuestra sociedad y en última instancia en el mundo puede tener para hacernos avanzar hacia mejores, superiores y cada vez más excelentes estados de desarrollo.
También hacía la aclaración referida al subtítulo de la obra en cuestión, el cual es el mismo de la presente, y que se refiere a "Construcción Dinámica de Liderazgo Trascendental".
Sobre esto señalaba que ese subtitulo contiene las ideas básicas la serie de libros "¿Tu Helado se Derritió?". La palabra construcción tiene un sentido eminentemente práctico, luego entonces la presente obra tiene ese carácter; aún cuando muchas de las ideas aquí expuestas cuentan con un sinfín de referencias a estudios, trabajos e investigaciones que pudieran enarbolarse, el sentido de la misma es eminentemente práctico y cuando digo práctico quiero decir que si bien hay explicaciones que nos permiten comprender las ideas que aquí se esboza, todas ellas van acompañadas de técnicas que a través de su aplicación permiten corroborar las premisas establecidas y, más importante aún, construir ese liderazgo al que se hace referencia.
La palabra dinámica en el subtítulo de la presente obra hace referencia no solo a la acción inherente al pragmatismo referido en el párrafo anterior respecto de la construcción del liderazgo en cuestión, sino también a la naturaleza cambiante de nosotros mismos, de los demás y del mundo en su totalidad. Este dinamismo que se aborda en todos los temas de la presente obra añaden un toque necesario de flexibilidad tanto en la exposición de las ideas como en su aplicación para evitar ese dogmatismo característico de lo acabado donde nada puede cambiarse ni nada puede agregarse, por el contrario, los temas y las técnicas expuestas en la presente obra se entregan a quien las haga suyas para que éste a su vez les otorgue las características particulares de su personalidad, las modifique, las cambie, las amplíe.
El término liderazgo, que a la sazón es tan indiferentemente utilizado, si bien tiene en la actualidad una connotación de logro externo, de conquista de metas y de triunfo ante adversidades, en la presente obra se aborda desde la perspectiva personal e interior. Mi experiencia me ha mostrado como es que existen ciertas condiciones personales que se requieren para poder sobre esas construir el otro liderazgo del cual hablamos, de la misma forma he visto como el trabajar con ese liderazgo externo, si no se cuenta con un soporte interno que lo afiance, solo logra proyectos truncos sin mayor beneficio que el haberlo intentado. En una parte de la obra menciono que una idea que he visto corroborada en la práctica me lleva a sostener que el solo trabajar con el desarrollo y potenciación de ese liderazgo interno, como lo manejo en este libro, lleva a que de una manera natural se dé el otro liderazgo, el externo, ese que lleva a logros en términos profesionales, empresariales, políticos, sociales, religiosos, etc.
Por último, la palabra trascendente en el subtítulo de la obra es usada de una manera deliberada para mostrar el perfil de la argumentación y el carácter del esfuerzo en cada una de las técnicas aquí mencionadas. Generalmente éste término es relacionado con cuestiones místicas, espirituales o religiosas, la presente obra no utiliza ese término en ese sentido. Para mí lo trascendental, sea en el sentido que se utilice, tiene una connotación eminentemente práctica y la manera en que lo entiendo y utilizo en mi vida y en la presente obra se refiere más bien a la relación que cada uno de nosotros puede establecer con la totalidad de lo que somos y de lo que podemos llegar a ser.
Ahora, cuatro años después de aquella primer obra de esta serie "¿Tu Helado se Derritió?", es que retomo el tema, el cual está íntimamente ligado a lo desarrollado en aquel primer libro, es decir, los cuatro pilares del liderazgo trascendental, pero en esta ocasión referido a los cuatro cuerpos del liderazgo trascendental.
Estos cuatro cuerpos son el cuerpo material, el cuerpo emocional, el cuerpo intelectual y el cuerpo espiritual, y en la presente obra, aparte de irlos explicando, se irán interrelacionando con lo que se vio, comentó, explicó y aplicó en la primer obra de la serie referido a los cuatro pilares del liderazgo trascendental, a saber: razón, voluntad, percepción y atención.
Lo anterior se irá desarrollando en la presente obra desde una perspectiva eminentemente existencial, de ahí la cinta de la portada, en la esquina inferior derecha, que señala "Lo Que Es". Ese será el enfoque.
Sirva esto para comentar que si aún no se ha leído la primer obra de la serie se remita primeramente a leerla a efecto de aprovechar lo que en aquella se comenta y lo que aquí se va a explicar.
Con esto en mente podemos comenzar con este obra donde continuamos la Construcción
Dinámica de Liderazgo Trascendental a través de los cuatro pilares del liderazgo
trascendental -
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