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Roberto Celaya Figueroa, Sc.D.

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COMENTARIOS Y OPINIONES


El buen trato de un tema como el que se presenta incluido en este interesante documento, proviene de dos elementos esenciales que posee quien lo escribe; profundo amor por lo que se realiza, que le hace competente (excelente actitud y adecuada, para desarrollar su labor), que le ha permitido acumular un importante acerbo de experiencia y conocimiento en una esencial simbiosis que dio como resultado una narración sistemática y muy crítica que llena al lector de sobresaltos e interrogantes válidos, sobre el contexto educativo universitario de estos días.


Queda claro en el documento la indiscutible Responsabilidad Social de los centros Universitarios, en un contexto integral que parte como lo afirma el autor de la formación de seres humanos antes que profesionistas, afirmación que comparto plenamente. Lograr este resultado, parte en mi criterio de dos elementos. El primero, el ejemplo cuyo depositario es el docente como parte de una cadena cultural universitaria que lo valore respete y le exija resultados positivos. El segundo la estrategia institucional, enfocada primero en la proyección institucional para afrontar los desafíos que ofrece el entorno y permanecer; después, como un conjunto de procesos y procedimientos orientados a ofrecer alternativas de solución ara generar funcionamiento de y con calidad.


Así el resultado, al final del proceso de formación es una persona (profesionista) que corresponderá al modelo institucional, con dos valores esenciales. El primero, “Respeto”, por sí mismo, las demás personas en los diferentes entornos donde interactúa, su responsabilidad y sus resultados. El segundo “transparencia” en la ejecución de sus tareas y responsabilidades, siempre como ejemplo. Es el reto en el que es necesario trabajar y mejorar constantemente y que el Dr. Roberto Celaya sugiere en su documento como prioridad estratégica..-
Fernando Rojas Rodríguez, Fundación Universitaria del Área Andina (COLOMBIA)

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Educación Realmente Superior es un libro que pondrá en posición incomoda a muchos que lucran con la noble tarea de EDUCAR. La realidad es que deprime ver las incongruencias dentro de las Universidades, me explico: Investigadores que sus Productos no permean a la sociedad (Se quedan en los escritorios) para ganar puntos, Turismo Academico, Ponencias en Foros de Competencias que no aplican en su Sociedad, Cantidad en lugar de Calidad (Cualidad) y Falta de Responsabilidad para con la Sociedad. Recuerdo un Libro que se titulaba : " Organización ¿ Por Moda o por Necesidad? lo dejo para reflexionar en relación a la Educación. Felicidades Roberto..-
Carlos Enrique Pacheco Coello
, Universidad Autónoma de Yucatán (MÉXICO)

¿DE QUÉ TRATA ESTE E-BOOK?
(INTRODUCCIÓN
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Una universidad no puede ser definida por la magnitud de los bienes que posee, el tamaño de los recursos que administra o las características de los programas que oferta sino que necesariamente deberá hacer referencia al carácter de la gente que la compone, al compromiso con los valores que profesa y a la congruencia constante de las acciones que emprenda.

El valor de los diferentes modelos institucionales de las universidades sustentados en el trabajo, el servicio y la calidad tiene su referente en los valores de honestidad, solidaridad y justicia. Ya que solo un trabajo honesto es productivo, solo un servicio solidario es fructífero, y solo una calidad que exceda lo esperado es justa.

Quienes trabajamos en educación superior sabemos que no solo formamos profesionistas o generamos soluciones o divulgamos la ciencia y la cultura, sino que vamos más allá dándole, a quienes en nosotros buscan una respuesta, los conocimientos, las habilidades, las actitudes y los valores para remontar sus destinos, para lograr sus sueños, y para forjar por si mismos su propio futuro. En otras palabras sembramos semillas de esperanza, aliento y determinación que germinarán mucho después y cuyos frutos permanecerán incluso una vez que nos hayamos ido.

Por lo anterior lo más lógico, congruente e incluso moralmente aceptable para pretender liderar a la sociedad para crear así un mejor futuro, es ser capaces de pensar, de decir, pero sobre todo de vivir congruente y constantemente estos valores; después de todo si bien nuestros pensamientos nos guían y nuestros dichos nos comprometen, son nuestras acciones las que nos definen.

De la misma forma, en cuanto a la sociedad, ésta requiere y exige de toda universidad que de manera activa fomente y permita el debate y el libre intercambio de las ideas, que respete y promueva la justicia y la legalidad, que reconozca el buen desempeño y se exija más de lo que se espera de ella. Dicho de otra forma, que toda universidad sea un ejemplo de transparencia, consenso, inclusión, compromiso, rendición de cuentas y cordialidad.

Motivado por todo lo anterior, he plasmado en el este segundo libro de Educación REALMENTE Superior las reflexiones que considero pueden llevarnos en ese sentido. Si se logra aunque sea mínimamente este objetivo la finalidad de esta obra se habrá cumplido con creces.